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dimarts, d’abril 04, 2006

Buzzcocks Valencia Cormoran

buzzcocks en valencia


BUZZCOCKS en 2006

En el año 2006, cuando el punk llega a su trigésimo aniversario, muy pocos de sus padres fundadores siguen en activo para celebrarlo. Quizás sólo una banda resiste. Y esa banda es:

a) La que sacó al punk de Londres invitando a los Sex Pistols a tocar en Manchester en el verano del 76.
b) La que, organizando el evento citado en a), congregó o, por lo menos, inspiró a los futuros miembros de Joy Division / New Order, a Mark E. Smith, a Morrissey, a Paul Morley o al fundador de Factory Records Tony Wilson.
c) La que editó el primer EP punk independiente, generando la ética de la cultura independiente cuyos dictados acabarían siguiendo sellos como Rough Trade, Factory, Postcard, Creation y muchos más.
d) La que ha tenido una influencia directa en bandas como The Smiths, Orange Juice o REM, lo cual, unido a a), b) y c), hace que su importancia sea demasiado grande como para valorarla con precisión.
e) La que tomó su nombre de una reseña que apareció en la revista Time Out sobre el show de TV Rock Follies y que decía: “It’s a buzz, cock”.

Estamos en 2006 y aquí están todavía, los Buzzcocks. Lo cual es una hazaña si pensamos en todos los altibajos por los que han tenido que pasar.

“A veces pienso que alguien nos ha prestado el tiempo desde que dimos nuestro primer concierto”, ironiza el cantante, guitarrista y principal compositor Pete Shelley, quien formó el grupo junto a Howard Devoto en el Instituto de Tecnología de Bolton en el invierno de 1975. Poco más de un año después, en enero de 1977, cuando Buzzcocks editaron su monumental EP de debut, “Spiral Cratch” (recientemente reivindicado por Alex Kapranos, de Franz Ferdinand, como “un hito del punk, responsable de ‘inventar’ la música alternativa desde los 80 hasta nuestros días”), se produjo el célebre abandono de la banda por parte de Devoto para formar Magazine.

“Pero tenemos un respeto absoluto por Howard”, señala Steve Diggle, el bajista en los tiempos de “Spiral Cratch”, que desde aquel momento se convirtió en el segundo cantante, guitarrista y compositor del grupo.

Durante los siguientes tres años, Buzzcocks firmaron con United Artists y se convirtieron en uno de los grupos de mayor éxito comercial de la década. A pesar de todo, después de tres discos (“Another Music In A Different Kitchen” y “Love Bites” -1978- y “A Different Kind Of Tension” -1979-) y de doce de los más inmaculados e innovadores singles de la historia del pop (los ocho primeros de os cuales fueron recopilados en el fabuloso “Singles Going Steady”, considerado por la revista Uncut como “probablemente, la mejor recopilación de singles y caras B de la historia”), en 1981 los Buzzcocks se disolvieron cuando Shelley y Diggle decidieron emprender carreras en solitario.

Se inició un lapso de ocho años hasta que la formación compuesta por Shelley, Diggle y el bajista Steve Garvey y el batería John Maher se reunieron para una gira por los Estados Unidos en 1989. Tras esta segunda formación, Shelley y Diggle adoptaron una tercera, con una base rítmica compuesta por Tony Barber al bajo y Philip Barker a la batería. Con ellos, una década después, los Buzzcocks han grabado “”Trade Test Transmissions” (1993), “All Set” (1996), “Modern” (1999) y “Buzzcocks” (2003). “Flat-Pack Philosophy” (2006) es el quinto disco de esta nueva etapa. Probablemente, la mejor, porque:

a) En la mejor tradición del punk, ofrece 14 canciones en 36 minutos.
b) Suena como los mejores momentos de los mejores singles de los Buzzcocks.
c) Pensando precisamente en b), prueba si al cantar los coros de “Wish I’d Never Loved You” no acabas cantando accidentalmente los de “Love You More” (1978).
d) Abundando en lo apuntado en c), prueba a tararear la guitarra de “Reconciliation” sin caer otra vez “accidentalmente” en el riff de Shelley en “Lipstick” (1978) o en el de Magazine/Devoto en “Shot By Both Sides” (curiosamente del mismo año). Diggle afirma: “Podríamos romper con todo lo anterior, pero nadie puede convertirse en los Buzzcocks mejor que los Buzzcocks”.
e) Volviendo a c), intenta escuchar “Wish I’d Never Loved You” sin pensar que es tan buena canción como cualquiera de las de “Singles Going Steady”, lo cual es uno de los mejores piropos que se pueden decir de cualquier canción pop. Como dice el propio Shelley: “Bueno, simplemente somos nosotros haciendo lo que mejor sabemos hacer, ¿no?”.
f) Sigue la arraigada tradición en los Buzzcocks de metáforas románticas (“Love Battery”, “Operator’s Manual”) asociando amor a “Credit” (crédito): Shelley se inspiró tras ver “Working Lunch”: “Estaban hablando del crecimiento del nivel de deuda entre los consumidores”, cuenta. “Pero, ¿qué es lo que compra la gente a crédito? Basura que no necesita”.
g) Sigue la arraigada tradición en los Buzzcocks (y especialmente, en Diggle) de referencias literarias explícitas (como ocurría en “Harmony In My Head” y “When She’s A Girl From The Chainstore” con, respectivamente, James Joyce y Henry Miller). Aquí, en “Between Heaven And Hell” Diggle trata “esa parte religiosa de las cosas que puedes encontrar en ‘Crimen y castigo’ de Dostoievsky”, mientras “Big Brother Wheels” cita la visión del futuro de George Orwell: “una bota estampada sobre el rostro de un hombre, para siempre”. ¿Y pensabas que no eran más que una tosca banda de punk?
h) Con respecto a g), “Big Brother Wheels” evoca el clásico “Clampdown” de The Clash, aunque Diggle admite que en realidad su estribillo se basa en “Raindrops Keep Falling On My Head”. Lo cual significa que la canción ocupa un lugar único entre Joe Strummer y Burt Bacharach. Sin duda, una razón contundente para comprar un disco.
i) En la mejor tradición del punk toma una postura de guerrilla urbana contra las maldades de la moderna cultura consumista, incluyendo el culto a Ikea. “Una vez compré uno de esos muebles montables”, se burla Diggle. “Me lo llevé a casa, lo miré durante horas y no se montó por sí mismo. Lo siento. Un viejo chiste del norte”.

Que los Buzzcocks de 2006 sigan siendo tan excitantes como los de 1976 provoca inmediatamente una pregunta: ¿cómo han conseguido Shelley y Diggle seguir juntos?

“Simplemente, nunca nos hemos planteado parar”, señala Shelley. “Nunca hemos pensado: ‘éste va a ser el último disco’. No trabajamos así”. “Pete y yo nos parecemos mucho”, confiesa Diggle. “Es algo químico entre nosotros, incluso un poco extraño. La mayoría de grupos se sientan y sacan el trabajo, pero entre Pete y yo surge magia. Quiero decir: los dos trabajamos también en solitario, pero esa química o alquimia o como quieras llamarlo no aparece con otras personas. Aunque nos amamos y nos odiamos al mismo tiempo, estar juntos durante 30 años no es algo que mucha gente consiga. En cierto sentido, es como un buen matrimonio. Discutimos, pero siempre es productivo. Y me gusta luchar porque él es muy lógico y yo no”.

Sea cual sea el secreto de su éxito, con la edición de “Flat-Pack Philosophy” Buzzcocks se pueden declarar oficialmente a sí mismos como los más fuertes supervivientes del punk, si no como los únicos supervivientes (no confundir con “Soul Survivor”, de Diggle, que habla de un accidente de tráfico casi mortal que sufrió cuando tenía 17 años y que le sirve para demostrar lo invencible que es el ser humano: “He vivido muy sanamente a base de cerveza, drogas y cigarrillos”, ironiza). En 2006, la banda que abrió el camino para otros miles sigue haciendo música en una “cocina distinta” a la de cualquier otro. Una cocina que no es de Ikea, por supuesto.

“Me gusta el disco”, concluye pragmáticamente Shelley. “A la gente a la que le gustamos le gustará. Para los que nunca nos han escuchado, bueno, creo que este álbum les mostrará exactamente cómo somos. Es exactamente como debe ser un disco de Buzzcocks”.

“Muchas bandas nos siguen citando como una influencia”, dice Diggle, “lo cual es siempre bonito, pero mucha de la música que ahora se hace no tiene sexo. Para mí, Buzzcocks siempre hemos metido sexo en nuestra música, y no lo digo en el sentido de un baile sensual. La música se basa en el sexo, es algo animal, como un cuadro de Jackson Pollock. Tiene que haber sexo en la música. Estoy seguro de que si Freud estuviera aquí diría lo mismo. Tienes que agitar los sentidos como D. H. Lawrence, y eso es algo que le falta a muchas bandas de ahora. Pero está en nuestro disco y es la razón por la que aún seguimos aquí”.

De 1976 a 2006: treinta años de sexo, punk y algunas de las mejores canciones de pop que jamás se han escrito.

“They’re still a buzz, cock.”

Simon Goddard
Diciembre de 2005

leido en http://www.indyrock.es/buzzcoks.htm


Mañana tengo la entrada.... no me los pierdo en Cormoran ni a los Twelve

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